¿Por qué y cómo usamos el cine debate?

Por qué los usamos
Los cortos de cine son disparadores del debate por excelencia, es decir, que se prestan para iniciar conversaciones personales y profundas a raíz de las imágenes e historias vistas. Cada vez que miramos un film conectamos de manera inconsciente la historia que está siendo contada con nuestra propia historia y, en un clima natural y distendido, donde la charla fluye y uno se olvida que está en un grupo, suelen aflorar los más diversos sentimientos y pensamientos que son parte de nuestro mundo interior y precisan ver la luz.
La brevedad de un corto de cine, que puede durar alrededor de cinco minutos, es suficiente para enfocarnos en una cuestión por vez, sin sobrecargar la mente de imágenes ni el alma de sentimientos diversos.
Por otra parte, el cine debate se presta para dinámicas de grupos muy enriquecedoras, con grupos tanto pequeños como grandes.
En conclusión, el cine debate es más que simple entretenimiento: es el lugar en donde seriamente nos divertimos (en el sentido de “diverso” que diría Hitchcock). El espacio donde somos, sencillamente, en la libertad con que Dios nos ha creado.

Cómo lo facilitamos
El método deductivo, es decir, ir desde lo general a lo particular es bastante propicio para las charlas. Solemos pasar de asuntos más generales (noticias, temas candentes en la sociedad o problemáticas “de otros”), para luego charlar de temas generales del video que estamos viendo (escenas, imágenes, reacciones, sentimientos) a asuntos más personales y puntuales (cómo nos habla a nosotros ese video, qué nos enseña o cómo se aplica a una situación personal), tratando de encontrar una respuesta espiritual a través del consejo de Dios que hallamos en la Biblia.
Hemos descubierto que una buena forma de experimentar el film es hacer preguntas. Las preguntas intencionales y deliberadas nos ayudan a ver la historia del film y nuestras propias historias personales en un nivel más profundo, pues son ellas las que determinarán la profundidad de la charla. Es sencillo hacer una charla superficial y animada, pero vale la pena introducirnos con preguntas más personales y profundas que cambien vidas basadas en lo que vimos y conversamos. O como cambiarían nuestras vidas si diéramos lugar a Jesús, por ejemplo.
En Llegar Alto solemos seguimos un esquema, que no tiene por qué ser rígido pero sirve a modo de orientación:

Para charlar antes:
En este espacio, antes de proyectar el cortometraje, hacemos juegos o actividades rompehielos relacionadas con el tema del día, o soltamos una pregunta que promueva la expectativa y curiosidad acerca del tema. Estas actividades tienen como objetivo hacer que las personas se relajen y también mostrarles la modalidad de participación de todos los integrantes de la charla, ya que aun los que vienen por primera vez son animados a expresarse con libertad (si bien sabemos que es probable que ellos se sientan más tímidos).

Para observar durante:
-Agudizamos la observación de detalles puntuales, planos, frases, elementos y temas, gestos, decisiones que toman los personajes y así hacer la transición hacia una fase más particular; analizar las distintas partes del todo que componen ese corto, desmenuzar, deconstruir y reorganizarlas.
-Observamos el corto o el fragmento en lugar de solo mirarlo. A tal fin preparamos en la guía espacios para llenar, preguntas de observación, frases textuales para completar, etc.

Para reflexionar después:
-En esta fase hablamos sobre las interpretaciones más subjetivas del corto, filtradas a través de nuestros valores y creencias.
-Conversamos acerca de los sentimientos que nos provocaron distintos fragmentos, si nos sentimos o no identificados con algún personaje y por qué. Nos permitimos expresar disgusto, enojo, tristeza. Algunas veces, aun estos sentimientos son reveladores de asuntos que deben ser tratados en el interior.
-Nos vemos en nuestras afinidades y diferencias. Lo expresamos, damos lugar a la opinión y a compartir sentimientos, experiencias de vida previa. Fomentamos la discusión y aun el desacuerdo en un marco de respeto, evitando comentarios desagradables o tonos de voz ofensivos.
-Conectamos la historia del film con la historia de Dios, ya que muchas veces la historia de Dios es la historia de las personas. Buscamos en los textos sagrados, pasajes que nos proporcionen una cosmovisión cristiana, un “¿qué dice Dios al respecto?” o “¿qué haría Jesús en esta situación?” Muchas veces este cierre es reconfortante y esperanzador, ideal para poner un broche de paz a la charla.